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¿Podemos reciclar orina humana para cerrar el ciclo de nutrientes?

¿Podemos reciclar orina humana para cerrar el ciclo de nutrientes?

Servicios de saneamiento innovadores y sostenibles para asegurar el acceso, el cierre de ciclo de nutrientes y como medida de adaptación al cambio climático

El nitrógeno y el fosforo son esenciales para la producción de alimentos en la agricultura mundial. Una evaluación de seguridad alimentaria debe considerar si hay suficientes nutrientes para garantizar la producción de alimentos. Con una población mundial en crecimiento, para el año 2050 será necesario satisfacer las necesidades alimentarias de 2 mil millones de personas adicionales. En este escenario, la innovación para encontrar nuevas fuentes de nutrientes para asegurar la seguridad alimentaria es aún más relevante.

A nivel mundial, el vertido de aguas residuales sin tratamiento en los ríos y mares representa un impacto ambiental negativo y riesgoso para la salud pública. Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) proporcionan orientación a los países para avanzar con el saneamiento, lograr mejores condiciones de vida y proteger el medio ambiente.

En Bolivia, la población ha crecido rápidamente en las últimas dos décadas, y se espera que siga aumentando en el futuro. Aunque el 68% de las personas tienen acceso a saneamiento en las zonas urbanas, se trata solo 30% de las aguas residuales [1] y, la ciudad de La Paz, la más poblada, no cuenta con un centro de tratamiento de aguas residuales. 

El Plan Maestro Metropolitano de Agua Potable y Saneamiento de La Paz – El Alto y Zonas Adyacentes establece como objetivo general instaurar la mejor estrategia de desarrollo y expansión de los servicios de agua potable y saneamiento hasta el año 2036. El plan incluye alternativas de saneamiento in-situ, mediante la ejecución de saneamiento ecológico para las zonas pobladas que demandan atención a sus necesidades de servicios de saneamiento.

La Embajada fortalece relaciones entre Suecia y Bolivia, promueve el diálogo político y una cooperación al desarrollo sostenible. Gracias a su apoyo, se generó un intercambio de tecnologías suecas para la cristalización de la orina en el municipio de El Alto (La Paz) con la finalidad de obtener un fertilizante en polvo con un alto contenido en fósforo y nitrógeno, dos elementos clave para la producción de alimentos. Esta presentación (en polvo) facilita la aplicación del fertilizante para los agricultores bolivianos. Si bien la innovación y tecnología son suecas, se realizó un trabajo de adaptación de esa tecnología al contexto boliviano con materiales locales.

EPSAS, el operador de servicios de agua potable y saneamiento en La Paz, con el apoyo de la Embajada de Suecia a través de la asistencia técnica de Aguatuya, está desarrollando capacidades para ofrecer alternativas innovadoras de saneamiento sostenible, como el tratamiento descentralizado de aguas residuales, los tanques sépticos con recojo programado de lodos para su adecuado tratamiento y la gestión de residuos provenientes de baños ecológicos secos, implementando un sistema adecuado de recojo y tratamiento de lodos fecales y orina hasta su disposición final, procurando su continuidad, el cierre de ciclo de nutrientes y la sostenibilidad.

Se espera que este conjunto de soluciones adicionales permita a EPSAS prestar un servicio de saneamiento innovador, accesible y ambientalmente sostenible para las poblaciones periurbanos e incluso aportar al cierre de ciclo de nutriente y la seguridad alimentaria de Bolivia. Según los rendimientos actuales de los cultivos, los nutrientes disponibles en las excretas humanas podrían cumplir con el déficit del 100% de nitrógeno y 70% de Fósforo. Por lo tanto el reciclaje de excretas podría ser una de las estrategias más innovadoras para prevenir la deforestación y el agotamiento de nutrientes en los bosques y además aumentar de esta manera la circularidad de los nutrientes y el rendimiento de los cultivos en Bolivia.


[1] Fuente: Inventario nacional de plantas de tratamiento de aguas residuales realizado en 2017 por el Ministerio de Medio Ambiente y Agua de Bolivia.